Crónicas del Set: Fringe-Adopción

¡Atención, spoiler! Si sigues con el resto de la entrada será sólo bajo tu responsabilidad porque podrás toparte con... el surrealismo elevado a la máxima potencia

Ya lo sé, jóvenes, ya sé que últimamente os estoy bombardeando a crónicas, pero es que esta ocasión lo merece. Si creéis que me estoy volviendo cansina........ dejad de leer y os perderéis un día emocionante!!!

Pues bien, resulta que, pese a ser domingo, nuestro querido equipo iba a volver a rodar a la misma calle del otro día. Y era domingo, ¿qué mejor plan tiene una set hunter un domingo a las 8 de la mañana? Es igual, era una pregunta retórica... xDD. El caso es que me planté allí con todo el fresquito sin muchas esperanzas de ver nada, para qué os voy a engañar (es evidente que los actores principales no van a ir a grabar un domingo, faltaría más!). Pero, oh! Sorpresa, que tenían liada la de Dios es Cristo en mitad de la avenida. Así que me puse en la esquina de una cafetería a acariciar a un perrito guapísimo y a esperar a ver qué pasaba.

En esto que pasa por nuestro lado una mujer a la que ya había visto un par de veces y que tenía cara de simpática, así que le pregunté que dónde me podía poner para mirar, a lo que ella me contesta (señalando una silla que había a mi lado): “a mí ese me parece un sitio estupendo”. “Ole tú!” pensé yo, y como ya sabéis que no me hace falta mucho para ponerme a charlar, en un momento me había explicado lo que estaban haciendo y me había preguntado nombre, nacionalidad, estudios, motivo de la visita, razón social, altura, peso e intenciones para con Seth Gabel. Vale, igual a tanto no llegó, pero casi xDD.

Aquí empieza la historia surrealista, porque hasta el párrafo anterior os lo podíais creer, pero a partir de aquí ya no:

Me coge del brazo, como si nos conociéramos de toda la vida, y me lleva hasta los monitores de control, porque desde ahí se podrá ver algo más, me dice. Empezamos a charlar, que si la traducción, que si por qué Vancouver, que si a ella no le gusta (es que es de Manchester), que si al final te acostumbras, que si tal, que si cual... y se nos acerca otra compañera. “Mira, ella es Ana, una fan que viene de España y está estudiando en la UBC”, me presenta. Yo, claro, no tengo más que añadir, así que seguimos charlando las tres en plan gallinero alrededor de un braserito improvisado, porque hacía un frío de tres pares. A la otra le ha hecho gracia mi nombre, pero se ha quedado con la aclaración: “Ana, una sola n”. A partir de ahí a cada persona que me presentaban, añadían (cito textualmente) “y parece que la hemos adoptado”. A todo esto, las escenas más chachis del mundo mundial, y yo pasándomelo como los indios con mi camarita.

Nuestro brasero

Se ve que las escenas de persecuciones tienen tela marinera, porque teníamos que cambiarnos de un lado a otro de la calle cada dos por tres, dándole la vuelta a la manzana. Mi amiga británica al final ya en plan cachondeo regañándole a la gente, porque conforme conseguíamos un sitio para colocar las sillas, nos hacían movernos. Total, que traen los sándwiches, la gente se abalanza (no gastan hambre... angelicos) y me veo a mi amiga volviendo con uno en cada mano. “¿Quieres uno?” me pregunta, y yo en plan O_o “No, tranquila, pero gracias”. Me mira con gesto de estar diciendo la cosa más escandalosa del mundo y exclama “¿pero qué dices?” al tiempo que me lanza el sándwich a la cara, “¡toma un sándwich!” repite, y yo, claro, me lo como, partiéndome de la risa, eso sí.

Súper Alt-Livia falsa

Súper Alt-Lincoln falso

Por allí andaba yo, echando fotitos, cuando me encuentro una peluca pelirroja y unos pantalones azules, y yo otra vez 0_o ¿pero no decían que no estaban? La chica se da la vuelta y resulta que es Atlin, la doble de Anna, una chica majísima que habla español y que me ha estado contando que le intimida hablar con gente española de verdad. También dice que se alquiló un coche para hacer los derrapes y que se lo pasó genial.

Total, que al final se van a mudar al callejón del otro día (aquél en el que no vi un pimiento) y a mí que se me ocurre preguntarles que por dónde es. Para qué! Me mira mi amiga, mira a su amigo, nos miramos los tres y susurra: “¿tú crees que se darán cuenta si se viene con nosotros?” El otro que se lo piensa, yo con cara de WTF?! y no me da tiempo a más, porque cruzamos la calle, me agarra en plan secuestradora y me dice “¡¡corre, sube!!” Sí, como lo leéis, un paseíto en fringe-camioneta, con otros ocho fringe-amigüitos. Yo descojonándome y la otra dándome codazos en plan “calla, calla”.

Llegamos al callejón y, al contrario que el otro día, me cuelo con ellos hasta el final, jijiji. Y allí hemos estado charlando, en familia. No he visto mucho más, a excepción de los monitores fantásticos y me he tenido que ir a casa a estudiar, muy a mi pesar, porque me habría quedado allí forever and ever.

El callejón en cuestión

Los taxis de NY

Y luego me despierto y todo ha sido un sueño. ¿No da esa sensación? ;)

Aquí Atlin, la doble de Zorri, bajándose del coche:



Aquí John, el doble de Alt-Linc, en este caso, haciendo de las suyas:



Y aquí de nuevo nuestro amigo John, esta vez acompañado y bastante perseguido. La mejor escena, sin duda, hasta el momento. Espectacular!!